La tradición proviene del calendario litúrgico de la Iglesia Católica, y es clara: el tercer domingo de cada año será el día elegido para homenajear a nuestras madres.
Hasta la reforma del Concilio Vaticano II, el 11 de octubre se festejaba el día de la Virgen María. Sin embargo, para asegurarse que se iba a poder celebrar el día junto a las progenitoras, se comenzó a celebrar el domingo anterior o siguiente, por ser una jornada no laborable.
Con el correr de los años esta costumbre cambió y se determinó que el Día de la Madre sería el tercer domingo de octubre, por el hecho de asegurarse que las personas ya cobraron y así podrán comprar mejores regalos.
De todas formas, los 365 días del año debemos brindarles lo mejor a nuestras madres. ¡Feliz día!