Es para también pegar su boleta a gobernadora de la fórmula presidencial del PJ no K, y así mejorar sus chances electorales.
Mauricio Macri podría enfrentarse a la contradicción de tener que derogar el decreto 259/19, “anti colectoras”, que firmó en abril para impedir que el kirchnerismo y Alternativa Federal se pusieran de acuerdo y llevaran un candidato único en la provincia de Buenos Aires.
Sucede que el escenario político cambió tanto que ahora es la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal quien necesita de esa herramienta para negociar con los referentes del PJ alternativo para tratar de derrotar a la fórmula K.
Por eso, el “Plan Y”, que comenzó como un rumor que dejó correr la Provincia, tomó fuerza en las últimas horas y en la Casa Rosada ya admiten que es una posibilidad concreta que la mandataria vaya como candidata de la boleta del Presidente y también de otro espacio.
El principal escollo que había para que se pudiera concretar la jugada se despejó luego de que el propio Macri le diera el visto bueno a Vidal para que entable conversaciones con los referentes de Alternativa Federal.
La charla se dio en las últimas horas: hasta la semana pasada, en el Gobierno negaban esa posibilidad, bajo el argumento de que no había margen para que el jefe de Estado diera marcha atrás y emitiera un nuevo decreto.
Ahora, incluso cerca del jefe de Gabinete, Marcos Peña, dicen que se trata de una decisión que le corresponde tomar a Vidal. “Es un tema que está manejando la provincia, en diálogo permanente con nosotros”, explicaron. “(Vidal) no tiene impedimentos” para negociar, dijo otra alta fuente oficial.
Algo de eso dejó entrever el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, al ser consultado este lunes sobre el tema en la conferencia de prensa posterior a la reunión de Gabinete: dijo que la estrategia la determina cada distrito.
El cambio de postura del Gobierno tiene que ver con el escenario adverso que se le presenta a la gobernadora. Es que pese a ser la figura más taquillera de Cambiemos, como en Provincia no hay balotaje y se define por un voto, corre serio riesgo de perder, por la extrema polarización y la supremacía que, según todas las encuestas, tiene Cristina Kirchner sobre Macri en ese territorio.
Aunque reconocen que podría afectar las chances de Macri en las PASO y en las generales, en el Gobierno resaltan la importancia “simbólica” que implicaría retener la Provincia antes del balotaje.
De todos modos, el aval a Vidal para negociar no contempla, al menos por ahora, al ex ministro de Economía Roberto Lavagna, uno cuya permanencia en la carrera electoral creen que complicaría más al Presidente que a la dupla Alberto Fernández-Cristina.
En Cambiemos apuntan para negociar al gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey; y al senador rionegrino, Miguel Angel Pichetto; hoy los dos referentes peronistas que mantienen la promesa de que Alternativa Federal presentará candidato a presidente para romper con la polarización.
Desde ese espacio indicaron a Clarín que por el momento “es sólo una especulación que salió en los medios, pero el Gobierno jamás planteó esa posibilidad”. “No se puede decir si es posible o no algo de lo que nunca hablamos”, respondieron.
En el oficialismo tampoco descartan al líder del Frente Renovador Sergio Massa, pese a su coqueteo con el Frente Patriótico que impulsa Cristina y su aviso de que quiere construir una “nueva mayoría” para derrotar a Macri.
Advierten que todavía no está cerrado el regreso del ex diputado al kirchnerismo y que, de no producirse, sería una posibilidad viable.
Se entusiasman al indicar que no sólo ayudaría a Vidal sino también a Macri, de manera indirecta, porque limaría más votos peronistas a nivel nacional. La propia Vidal y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, amigos del tigrense, son los encargados de acercar posiciones y están al frente de las negociaciones.
Desde el Frente Renovador no dan indicios, pero tampoco descartan las versiones: explican que Massa volvió de Córdoba este lunes, tras un fin de semana en “modo Tigre” por la final de la Copa Superliga de fútbol -y los festejos- ante Boca. Y que las definiciones electorales surgirán de las conversaciones que mantenga con sus dirigentes y con el asesor catalán Antoni Gutiérrez-Rubi.
El plazo para inscribir las alianzas electorales vence el 12 de junio.
Antes de esa fecha, si Vidal alcanza un acuerdo, Macri debería derogar el decreto; o esperar que alguna de las presentaciones que prospere algunas de las impugnaciones que hizo la oposición: hubo varias, en Buenos Aires, Capital, Santa Fe y Santiago del Estero. Esta última opción, arriesga una alta voz del oficialismo, es la más factible.